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8 PASOS PARA COMER SIN ANSIEDAD
Y sí, porque esto no ha sido una pausa, ha sido soltarlo todo desde antes de Navidad.
Miro la fecha de mi última entrada y no lo puedo creer, del 3 de diciembre, casi dos meses enteros sin publicar en el blog! Es cierto que Instagram y Facebook juegan con ventaja, la inmediatez de sus publicaciones, que hacen que suba una foto con comentario mientras me como dos mandarinas en el coche en cinco minutos, me hacen posible mantener vivas esas redes. Mientras que sentarse a escribir una entrada lleva tiempo, como subir un video.
Las fiestas han sido abandono total, de comer sin límites, de tristezas… no me sentó nada bien la Navidad y terminé con 85 kilos, el peso máximo desde que terminé la dieta hace 3 años… 20 kilos de más!
Cierto que la cifra en la báscula me hizo reaccionar, del 85 al 90 hay un paso y no me voy a permitir mantener estas cifras. Antes me coso la boca! Pero seguido de la Navidad ha venido un mes de trabajo extenuante, el espolón se ha puesto en pie de guerra y no me ha dado tregua… una de esas temporadas que parece que hay alineación planetaria en tu contra, vaya. Pero yo siempre he sido de las personas que creen que cada cual creamos nuestra propia realidad y, como dije en mi penúltimo video, necesitaba invertir esa espiral de negatividad antes de que me tragase por completo.
Ayer me infiltraron para el espolón y he decidido que este es el tratamiento bueno y en adelante sólo espero mejoría. También he propuesto una mejora para optimizar mi tiempo de trabajo y volver a trabajar 8 horas diarias. Llevo unos días aplicando las tres afirmaciones «Sólo como cuando tengo hambre» «La comida no es la solución» y «Soy alérgica al azúcar» y me han ido muy bien. Eso, unido a la frase que subió Mireya «Si el problema no es el hambre, la comida no es la solución. Piénsalo» han sido el espaldarazo que necesitaba. Luego llegó en FB el comentario de Noe «La comida no puede ser un consuelo si después de comerla no te sientes aliviado» Y hala, señales everywhere, ya tengo a los astros de mi lado otra vez. Parece una chorrada, pero pensar en estas frases durante esta semana y media ha sido super importante para mí y han sido muchas, muchas, las ocasiones en que me han librado de comer sin hambre.
Estos días de tanto cansancio, pensaba en comer algo compensatorio. Ya ni necesitaba dulce, pero pensaba de forma recurrente en comida para premiarme por un duro día de trabajo «porque me lo he ganado». Pero me he ganado el qué? medio kilo más en la báscula? No me voy a sentir mejor después de comerlo, por lo tanto ELIJO NO TOMARLO. Así de fácil y de complicado a la vez.
Voy a controlar mi peso, pero no ficharé mi peso cada lunes como hacía antes. Aunque sí, estoy a dieta, pero sin fanatismos. Si un día especial me apetece algo calórico, me lo como, pero no como norma ni a diario. En este tiempo he visto que aún no soy capaz de conseguir la abstinencia, de pensar en «comer sano» y lograr así el control, no, no puedo. Y si para mantener el peso he de estar a dieta, estaré a dieta, pero no quiero seguir en el 85 por más tiempo.
Pues eso, que he vuelto.
pues a mi me pasa lo mismo no puedo verme con 77 kilos es mucho si boen he llegado a 98 ya no quiero esto para mi !!!