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8 PASOS PARA COMER SIN ANSIEDAD
Bueno, 13 semanas ya… y casi casi en el punto de partida en cuanto a peso se refiere. Debería estar cabreada conmigo misma, pero no lo estoy. No puedo estarlo porque me siento genial.
Esta semana he bajado 1.700 (normal despues de lo mucho que subí por la compulsión) y he llegado a los 80.3 kilos. Ni hago una fiesta ahora, ni me vine abajo la semana pasada cuando vi el 82 en la báscula. Estoy aprendiendo a que mis oscilaciones de peso no me afecten y a valorar más otro trabajo que hago bastante bien, como es el emocional, el procurarme un entorno agradable, el trabajar para ser feliz, o vencer la compulsión por la comida. Y en todo eso, que no es tangible, ni os lo puedo fotografiar como la cifra en la pantalla de mi báscula, he avanzado mucho y sigo haciéndolo.
Hoy he tenido un malentendido por wasap con un amigo mío por un comentario que me ha hecho. A veces no somos conscientes de cómo la persona que recibe nuestros comentarios puede interpretarlos.
Recuerdo hace muchos años, una amiga de mi madre que sabía que, tras dos abortos, tenía muchos problemas para quedarme embarazada, me dijo «Qué? Cuando encargas un bebé?» y a mí me dieron ganas de contestarle «Cuando tú te cortes la lengua, desgraciada!» Pero no era políticamente correcto, así que fingí la mejor sonrisa que pude y le dije «Sabes que no consigo quedarme embarazada, ¿eres consciente del daño que me haces con ese comentario?» Se disculpó inmediatamente.
Hace poco le contaba a un amigo mi trastorno alimenticio y me dijo «Venga, ponle un poco de fuerza de voluntad y verás cómo puedes. Yo dejé de fumar y no he vuelto a coger un cigarro. Sólo hay que proponérselo» Al día siguiente le mandé un mensaje explicándole cómo me había hecho sentir y adjunté el enlace a mi video «Al borde del atracón». Me dijo que se había sentido tan mal que no había sido capaz de ver el video.
Esta mañana, tras subir a la página que hoy no salía a andar por estar a tan solo 1º de temperatura, mi amigo me ha mandado un wasap «No seas perezosa y sal a andar. Esta no es la Yolanda que yo conozco». Tela.
En cuanto he aparcado el coche, le he explicado que esa hiperexigencia es una de las causas de nuestra compulsión. Los comedores compulsivos ya nos exigimos bastante, como para que vengan los de fuera a subirnos el listón. Sentir que, hagamos lo que hagamos, nunca es suficiente… es desgastante física y emocionalmente. Se da la paradoja de que, cuanto más fuertes somos, más nos piden que lo seamos. «Venga, que tú puedes con eso y con más» Pues mira, igual sí… o igual no.
No es bastante con sacar adelante a dos hijos sola, ni con hacer encaje de bolillos cada día para no saltarse la dieta comiendo fuera de casa, ni resistir la compulsión mientras piensas en comida todas las horas del día que pasas despierta, ni llevando casi medio año levantándote cada mañana a las 6 de la madrugada para andar 5 kilómetros… no. Si cuando bajan las temperaturas prefieres no salir a andar porque no consigues entrar en calor en todo el día y no te puedes permitir el lujo de estar enferma… entonces eres una perezosa.
Y esto no es una crítica a mi amigo, que se ha disculpado varias veces y ni hacía falta porque sé que me quiere y valora mucho todo lo que hago. Siempre me ha dicho que está muy orgulloso de mí. El pobre aún me decía «No entiendo lo que te ha molestado, yo sólo lo decía para animarte».
Como dice el cartel de hoy, que ha subido una compañera a Instagram y me ha venido como anillo al dedo (¿Qué os digo siempre? señales everywhere!), no podemos esperar que todo el mundo nos entienda, y menos si no pasan por lo mismo. Pero eso tampoco quiere decir que tengamos que tragarnos ese tipo de comentarios. Es sencillo explicarles cómo nos hacen sentir y perdirles que no se repita. Si tenemos que crearnos un entorno favorable que nos permita vencer nuestra compulsión, «eduquemos» a la gente que nos rodea. Si de verdad nos quieren, lo van a entender. Y si no lo entienden, siempre podéis aplicar aquello de «Perdonar es divino, pero mandar a la mierda es sensacional!»
Soy una persona, no una máquina. Tengo sentimientos y debilidades. No necesito ser perfecta. Lo he intentado durante demasiado tiempo y ahora pago el precio. Mis lemas durante toda mi vida han sido «No se puede ser mediocre» y «Hay que ser siempre la mejor o estar entre los mejores» Eso está muy bien para ganar reconocimiento en tu trabajo, pero a la definitiva es un precio muy caro el que te hace pagar. No compensa, os lo aseguro.
«»Los comedores compulsivos ya nos exigimos bastante, como para que vengan los de fuera a subirnos el listón. Sentir que, hagamos lo que hagamos, nunca es suficiente… es desgastante física y emocionalmente. Se da la paradoja de que, cuanto más fuertes somos, más nos piden que lo seamos. “Venga, que tú puedes con eso y con más” Pues mira, igual sí… o igual no.»»
Te cito ese párrafo porque yo no podría haberlo dicho mejor. Yo siempre siento una responsabilidad enorme sobre mis hombros con cada cosa que hago o que se supone que es mi responsabilidad y de vez en cuando tambien una tiene ganas de apoyarse sobre alguien y descansar.
Es bastante difícil puesto que las personas que nos rodean piensan que no tenemos fuerza de voluntad o que nos dicen para ya de comer es suficiente pues no no lo es, aunque aveces como es mi caso pienso vale pero que fácil suena esto deja de comer un poco haz ejercicio y ya !! pero no es así es una lucha constante y que bueno tenemos días buenos como tenemos días malos.
GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS y así un millón de veces.
He descubierto hoy tu blog y tus videos (ya se sabe, año nuevo, en busca de ayuda para cumplir los nuevos propósitos). Creo que me servirás de gran ayuda y sobre todo de inspiración para superarlo…Es un consuelo saber que no soy la única así que simplemente gracias una vez más y enhorabuena porque eres una auténtica campeona y ejemplo a seguir. Ánimoo!!!!!!!!!!!!!!!!
Me ha encantado esta entrada, me han saltado las lagrimillas…te quiero tanto aún sin conocerte!…conexión humana diría yo. Lo entiendo perfectamente, lucho por otras cosas, padezco hipoglucemias, dificultad para adelgazar, atracones puntuales y no consigo que la medicina tradicional me ayude…voy descubriendo las causas de mi comportamiento por mi misma e indagando estudios cientificos….es un camino lento y agotador, y mientras, los bienintencionados comentarios…me duelen como a ti, pero no podemos pedir que todo el mundo lo entienda, en mi caso creo que nadie…pero encontraré la solucion. Estoy segura, somos cabezotas, verdad? Un guiño de complicidad para ti. Besos. Carmen.