Clase online GRATUITA de acceso INMEDIATO

8 PASOS PARA COMER SIN ANSIEDAD

image
Hoy tenía la primera cita con mi psiquiatra. Solamente había visto al dr. Ortega hace 2 años cuando tuve otra crisis con los niños y no pasé de la segunda visita. Es un tipo pintoresco, mezcla ropa pija con aspecto desaliñado y tiene toda la consulta llena de espejos, cachimbas, figuritas de budas, incienso y carteles con frases motivadoras.
«Qué desastre, Ortega -le digo a modo de saludo- veo que en dos años aún no has ordenado el despacho»
«Estoy esperando a ver si viene alguna paciente dispuesta y me lo ordena» me responde en el mismo tono. Y sonreimos los dos.
Ya sabéis que soy anti psiquiatras total, pero he de reconocer que este hombre es la empatía en persona. Trata de hacerte reír, te piropea, te coge tus manos entre las suyas y te las acaricia mientras te habla… y no te vas de la consulta sin un abrazo de oso, que hace que te pases el día recordando lo que te ha explicado porque sigues oliendo.a su colonia (que huele genial, por cierto)
Me ha dicho que estaba hecha unos zorros y que.si, en vez de una consulta, esto fuese una agencia matrimonial, escondería mi carpeta la última porque en este estado no podría recomendarme a nadie. Dice «Bueno, sí, siempre hay alguno por ahí de esos que te caen mal» Es imposible salir de allí sin una sonrisa… y sin una receta, claro. Me mantiene el escitalopram, me añade el Thymanax de 25 que dice que trabaja el sistema de recompensas y me cambia el topiramato por Zonegran de 50 porque piensa que me va a ayudar más con la compulsión. Lo que sea, pero que me pare, por favor!
Me llamará en unos días y quiere que haga psicoterapia para reforzar la vulnerabilidad emocional y me ha aconsejado la Gestalt.
Y ahora qué hago con la del EMDR?