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Recientemente he publicado un vídeo sobre el agradecimiento. Dime que lo has visto, ¡dime que sí!
Lo que la mayoría no sabéis es que ese vídeo lo grabé de forma improvisada, ya que la historia que cuento en él es real. A menudo pienso en la paciencia que tiene la vecina del primero, recogiendo la ropa que se nos cae a todos y dejándola en la mesa de la portería para que podamos recuperarla. Yo ni siquiera la conozco, de hecho, supongo que no conoce a casi ningún vecino, ya que ese piso suele estar alquilado a personas extranjeras.
Así que pensé en escribirle una nota de agradecimiento y echársela al buzón. Decía «Gracias por recoger los calcetines que se nos caen al tender. Saludos, Yolanda (y mi piso)»
Luego pensé en contarlo en un vídeo cortito de Instagram, pero yo aún no puedo subir de 60 minutos y en los 15 que permite no me daba tiempo a contar la historia, así que grabé un vídeo normal y luego eché la carta al buzón.
Yo apenas recibo correo, así que miro el buzón no más de una vez al mes, (esto hace que me reafirme en esta frecuencia, ya que nunca encuentro más de 3 ó 4 cartas, que suelen ser de propaganda). Pero estoy pendiente de que una amiga me mande un libro y hoy lo he abierto para ver si había llegado. Lo que no esperaba era tener respuesta de Verónica (parece que así se llama la vecina del primero) con un escueto «De nada. Verónica (y su piso)».
Me ha hecho tanta ilusión, que le he hecho una foto y la he pasado por wasap a mi gente más cercana, les ha sorprendido lo escueto y frío de la nota y me han dicho que ellos hubiesen recibido con mucha sorpresa una nota como la mía y su respuesta hubiese sido más extensa y cariñosa. Yo creo que, en realidad, dicen eso porque me conocen y me aprecian. Si la nota llega de un desconocido, lo más probable es que piensen que a alguien se le ha ido la pinza 😉
Estos comentarios han dado para hacer conjeturas y para cuestionarnos esta costumbre que tenemos de suponer y juzgar. Si hacemos un ejercicio para abrir la mente, seremos capaces de barajar muchas hipótesis que justifiquen la parquedad del mensaje: Quizá Verónica es extranjera y no conoce mucho el idioma, quizá quedó tan sorprendida con mi nota que no se le ocurrió nada que responder, o quizá a los nueve vecinos que nos dan las ventanas a su terraza se nos ha ocurrido a todos a la vez la idea de agradecerle por su detalle y está hasta el moño de responder notas de agradecimiento. Y es que nunca sabemos la historia que puede haber detrás de una reacción que no nos agrada. Seamos más comprensivos y empáticos, ¿vale?
Sea como sea, la nota de Verónica me ha hecho mucha ilusión y me ha alegrado el día.
Os dejo el vídeo a continuación.
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=Wy9bHoIJDlc]
Yolanda, te sigo desde hace unos meses y comparto tu visión sobre el agradecimiento. Soy profesora de secundaria y hoy mismo les he hablado a mis alumnos de eso. Te importa si comparto tu vídeo y lo pongo en clase. Un abrazo.
Maria
Claro María, será un orgullo. Todo lo que comparto es público. Un abrazo fuerte y me alegro de que haya profesoras tan implicadas en valores como tú.
Me gustaría pensar o creer, que esa respuesta es producto de la sorpresa. La verdad, es tan extraño que alguien te de las Gracias, que no sabemos como responder. Pero el simple hecho de que se haya tomado su minuto para decir de nada, creo que habla muy bien de Verónica.
A ti Yolanda, muchas gracias por todo lo que compartes… ayudas no solo a las personas que tienen algún trastorno alimenticio, sino, que inyectas optimismo, motivación y ganas a todos aquellos que te seguimos. eres los mas!!!
Hola Indira, claro, yo también lo creo. Y no odo el mundo tiene la capacidad de expresarse. Un beso muy fuerte, guapa.