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8 PASOS PARA COMER SIN ANSIEDAD
23 de marzo de 2016 y comienzo mi peregrinaje.
Antes de salir de casa he pesado la mochila. Más de 9 kilos. No digo nada porque todo el mundo me ha dicho que no lleve más de 7 u 8 kgs, pero yendo sola (si vas con más gente, hay cosas comunes que se pueden compartir) y en unas fechas que igual te llueve, te nieva o hace sol, hay que llevar de todo.
Mi amigo Fede, al que hacía unos 25 años que no veía, me ha venido a buscar a casa en coche y me ha llevado a la estación de bus.
Ha sido genial sentir que no habían pasado lo años y no lo sentía extraño.
Cuando nos despedíamos me ha regalado una pulsera con la cruz de Santiago y la Virgen del Pilar.
A las 11:45 salía mi bus y dos horas más tarde llegaba a Pamplona. Ahí finalizaba lo único previsto del viaje.
Haciendo fila para comprar el billete a Roncesvalles, ha comenzado a hablar conmigo Patricia, una mujer chilena que viaja con su pareja, José Luis.
Ha sido bonito conocer gente, pero la verdad es que mi idea es hacer el Camino sola.
Hemos cogido el bus hacia Roncesvalles a las 15 h y hemos llegado al cabo de hora y media.
Hace mucho frío y está todo nevado. La semana pasada había tanta nieve que desviaron parte del Camino porque estaba intransitable.
Me duele la hernia discal, pero espero que sea de las tres horas de bus sin poder moverme.
Al llegar a Roncesvalles he entrado a la primera posada que he visto al bajar del bus. Me han pedido 65 euros la noche. ¡¡Lo que cuesta un Parador!! Me ha advertido que el albergue es compartido y le he dicho que ya contaba con ello.
Me ha explicado dónde estaba y me ha puesto de guía para un grupo de veinteañeros australianos que no hablaban ni gota de español.
Bueno, ya conocéis mi sentido de la orientación, al final me han guiado los australianos a mí, si no acabamos en Albacete.
Creo que es la primera vez que duermo en un albergue y me ha sorprendido la disposición de las literas… ¡Parece una granja! Pero desde luego, la disposición es muy eficaz ahorrando espacio.
Hemos tenido que dejar el calzado de montaña en la planta calle y subir en calcetines. Eso no mola, porque una es urbanita y viene mentalizada de que los peregrinos no roban, pero dejar una zapatillas de 170 euros recién estrenadas junto a calzado muy estropeado, no deja de crearte preocupación. (Aspecto a trabajar)
Aparte, el hecho de caminar por los adoquines de pizarra angulosa e irregular me ha hecho mucho daño en los pies… ¡Lo que me faltaba!
He salido a dar una vuelta por el pueblo, que se ve en diez minutos, y a tomar un café para calentarme. Me gusta mucho esto de compartir mesa. Me he sentado con un señor que estaba solo, luego se ha ido y han venido tres señoras con un señor y luego otro grupo.
He subido un rato a las habitaciones y me he quedado en el hall, donde un hombre británico cantaba canciones con una pequeña guitarra, ¡lo hacía muy bien! Cuando no sabía qué tocar, buscaba inspiración en su tablet.
A las 20 h he asistido a la misa de la bendición del peregrino, que me había avisado la señora del pueblo de al lado que venía conmigo en el bus, que no me la podía perder.
Ciertamente, ha sido espectacular. Oficiaban tres sacerdotes muy ancianos. Han leído las nacionalidades y comunidades autónomas españolas de todos los peregrinos que habíamos llegado hoy a Roncesvalles. Y sido impresionante, ¡Estábamos personas de medio mudo!
Tras leer la Palabra de Dios, ha salido una chica italiana a leerla en italiano y otra en inglés. En algunos momentos de la celebración, el sacerdote oficiaba en los tres idiomas para que nadie se perdiese la Eucaristía.
Al finalizar, nos han invitado a acercarnos al altar a los peregrinos, nos han dado la bendición para el camino al menos en siete idiomas diferentes.
Después, han dejado la iglesia en penumbra, iluminando sólo la imagen de Santa María de Roncesvalles y han cantado un salve para pedirle protección para el camino. Ha sido super emocionante.
Seguido de esta celebración, hemos ido a cenar: crema de verduras, macarrones, lomo u yogur. He compartido mesa con un barcelonés, un madrileño, un zamorano que se va a hacer dos etapas por día (Wow!) y con Agustín con sus dos hijas, María y Patty, que son mis compañeros de litera. Cuando ya íbamos a empezar, se han unido a nosotros los chilenos Patricia y José Luis.
Hemos regresado temprano al albergue porque a las 22h cierran la puerta de entrada y apagan las luces.
Antes de dormir, hemos estado viendo una mesa que hay en el albergue con un cartel que dice «Deja lo que te sobre, coge lo que necesites» Había muchas cosas de lo más variopintas. También firmé en el libro de oro del albergue.
Son las 22 h y todos ya nos disponemos a dormir para poder comenzar nuestra primera etapa del Camino de Santiago: Roncesvalles – Zubiri.
A continuación, os dejo el vídeo de este día y las fotos al final.
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=z-JR7x1C7MQ]
Hola! Te he empezado a leer ahora. Lo cierto es que te encontré buscando personas que como yo hayan tenido problemas con la comida (padezco de trastorno por atracón) y me encantó observar que estabas haciendo el Camino (soy una enamorada del Camino de Santiago). Lo que me ha sorprendido mucho es que te cobraran 65 euros en un albergue con literas compartidas! Si fuese una habitación individual me parecería caro, pero bueno, en aquella zona todo es más caro… Pero me parece exagerado 65 euros cuando lo máximo que me he encontrado en el camino han sido 18 euros (compartido todo claro). Estoy deseando seguir leyéndote, así que a eso voy 🙂
Hola Miriam. No, había un hostal o algo así en Roncesvalles, que me pidieron eso. No había otra cosa para dormir allí, que el albergue y ese sitio. Me fue al albergue, obviamente, pero de haber estado lleno, creo que no había otra opción. Un beso y encantada de tenerte por aquí.