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Yo no sé en el resto de ciudades, pero en Zaragoza tenemos así de bien señalizados los asientos con prioridad para personas con movilidad reducida y embarazadas, además de que todos los asientos son rojos y estos son azules.
Ya no es que la gente te vea con la muleta y la zapatilla ortopédica y no se levante de su asiento normal, es que ocupan los reservados y no mueven el culo aunque que te les pongas delante!! Y en el tranvía lo mismo.
Ayer, cuando iba con mis hijos en el bus a la charla, había dos mujeres sentadas en estos asientos, me puse delante suyo y me vieron y miraron para otro lado. Cuando una de ellas se bajaba me preguntó si quería sentarme, le dije que ahora ya no, que bajábamos en la siguiente. Entonces las dos se hicieron las sorprendidas «Uy, yo no me había dado cuenta de que ibas con muleta» Y una mierda! Me vieron las dos. Les dije «De todos modos, da igual, ya me estoy acostumbrando, de diez veces que cojo transporte público, no más de una encuentro a alguien que me cede el asiento»
El otro día, mi hija de once años no daba crédito «¿Mamá, pero es posible que nadie te deje sentar?» Le dije «No cariño, ya ves, pero sabes? En el fondo siento lástima por ellos, son personas sin educación ni valores, que nada les afecta ni les mueve por dentro. Por suerte la yaya nos educó mucho mejor a las tías y a mí. Y ojalá tú tampoco pierdas la capacidad de sorprenderte cuando veas comportamientos de este tipo»
Ahora acabo de coger otro bus para ir al médico. Los cuatro asientos reservados ocupados , solo yo tenía derecho a usarlo. Suben dos ancianas, una de ellas ciega y con bastón. Espero. Como nadie mueve, me levanto y le ofrezco mi asiento. En ese momento un señor dice que él se baja ya y le deja el suyo, que era un reservado. A la chica de treintaytantos que ocupaba otro y no se ha movido, teniendo a la señora delante, se lo he dicho «Ah, no sabía que eran reservados. De todos modos, yo subía embarazada de mi hija y nadie me dejaba sentar» «Pues ahora ya sabes que hay preferencias. Por mí no te lo hubiese dicho, pero por ella sí», le he respondido.
Yo no sé qué sociedad estamos creando cuando estas situaciones son ya son la tónica y no la excepción. Qué tristeza!
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