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8 PASOS PARA COMER SIN ANSIEDAD
A menudo me dejáis comentarios en mis publicaciones sobre mi ritmo de vida «No paras» o «No sé de dónde sacas tiempo para todo». Curiosamente, yo vivo más relajada y serena que nunca. Para nada tengo esa sensación de no parar en todo el día, al contrario, rechazo cualquier plan que no me apetece, y lo que hago, lo saboreo y exprimo al máximo. El otro día me decía un amigo «Sí que haces montones de cosas, lo que pasa es que como son cosas que te gustan, no eres consciente de cuánto haces». Puede que tenga razón.
El próximo mes de junio hará seis años de mi divorcio y en este tiempo, por exceso de trabajo, falta de dinero y de pareja, apenas he hecho cosas de tipo vivencial, es decir, experiencias.
Ahora siento que necesito recuperar el tiempo perdido, quiero hacer muchas cosas, no tengo apegos, no quiero comprar nada, ni quiero nada material. Lo que quiero es vivir, vivir a tope: Aprender a usar mi cámara réflex, vivir experiencias nuevas, conocer personas que me aporten y otras formas de pensar…
Por ejemplo, viajar es una de mis asignaturas pendientes. He tenido parejas que me han entretenido con palabras «Un poco más adelante haremos… viajaremos… compartiremos….» Y al final ¿qué? ¡Nada! He ido supeditando mis sueños a la disponibilidad de otras personas, conteniendo mis ganas y mi ilusión, para que al final nada saliese adelante.
He decidido no esperar ya por nadie. Mi vida es hoy. Mañana no sé si estaré. Esa es mi máxima. Es curioso cómo cambia el planteamiento de vida de una persona cuando le dicen que tiene una enfermedad y le queda un tiempo limitado. ¿Por qué hemos de esperar a recibir un diagnóstico de ese tipo para tomar el control de nuestra vida, para hacer lo que realmente nos hace felices?
Desde finales del año pasado, decidí que este año haría un viaje, sola o acompañada, me daba igual. Pero quiero viajar, es importante para mí y no estoy dispuesta a aplazarlo más. ¿A qué debería esperar, a una pareja que me acompañe? Hago montones de cosas sola desde hace años: ir al cine, a pasear, a cenar, al Camino de Santiago… Quizá lo único que me quedaba por hacer sola era justamente eso, viajar.
Así que he decidido hacerme una escapada a Milán, yo sola, del 20 al 23 de mayo.
Si cortarme el pelo, tras más de 20 años de melenón, fue salir de mi zona de confort, viajar sola es propulsarme a la estratosfera, directamente. Como os decía, apenas he viajado y he hecho pocos viajes en avión en mi vida. Me siento como Paco Martínez Soria en un aeropuerto y, con mi sentido de la orientación, soy capaz de aparecer en cualquier otra parte del mundo. Bueno, como me dice mi hermana «Tranquila, es imposible subir a un avión equivocado» 😉
Claro que sí!! Disfruta mucho de tu escapada, seguro que es la primera de muchas!
Un saludo!
Muchas gracias Nerea, ya os contaré!! 🙂
Pues te lo pasarás genial y disfrutarás el doble: uno por Milán y otro por ti, por el gustico que da hacer algo que quieres y con quien más quieres!!! A todos nos cuesta un poco eso de lanzarnos a viajar solos, por si nos pasa algo o nos aburrimos… Yo hace un par de años hice mi primer (y hasta ahora único) viaje sola, a Chicago, y te diré que me encantó la experiencia, sobre todo porque podía ver los museos a mi aire y parar a comer/descansar cuando a mí me diera la gana, sin tenerme que preocupar por los intereses de los demás. ¡Espero que te lo pases genial!
Gracias guapa, la verdad es que no me preocupa aburrirme ni que me pase nada malo, sólo perderme y no llegar a tiempo de coger el vuelo!! 😉 Besos!!
Un placer leerte, como siempre. ¡Buen viaje, Yolanda!
Gracias Alina, os tendré informados!!
aventurera a tope… aburrirte???? me extraña muchisimo… lo mas cerca que puedo estar yo de Milan este año con tanto gasto es la goma de borrar… besos.. ya nos contaras y mandarás fotos…
Jajaja yo no he dicho que me vaya a aburrir!! Besos
«Ahora siento que necesito recuperar el tiempo perdido…» dices al principio de uno de los párrafos. A veces creemos que «perdemos»el tiempo, pero a posteriori uno se da cuenta que el tiempo no se pierde, que el tiempo se gana, porque aunque estemos en la oscuridad, ese tiempo y esas experiencias vividas en ese periodo hacen de nosotros lo que somos hoy, y eso hay que celebrarlo.
Totalmente de acuerdo Ana. Yo no me arrepiento de nada que hice, pero es como si tuviese hambre de lo que me quedó por vivir, sabes? Un abrazo! 🙂