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8 PASOS PARA COMER SIN ANSIEDAD

Fichando en la semana 2 de mi «no dieta», como diría Alicia.
Ahí os dejo mi foto de ayer:

He bajado 1.3 kilos esta semana. Pérdida total en 2 semanas: 3.4 kilos
¡¡Estoy muy contenta!!
Yo me muevo muy bien por objetivos. Dicen que si hay una frase que mueve el mundo, esa es «No hay huevos!» jajaja… doy fe!
Tengo un objetivo final y varios parciales, os los iré contando según avance. El primero parcial es bajar de 79 kilos, mi peso memoria.
Voy a hacer balance de mi semana.
Cosas que he hecho bien:
– No ha habido atracones.
– Sólo he comido alimentos permitidos.
– He salido a andar casi todos los días.
– Me tomo las vitaminas y el hierro.
Cosas que debo mejorar (no hacemos cosas mal, sólo mejorables):
– No bebo los 2 litros de agua (y sé que es fundamental para bajar)
– Picoteo mucho.
– Como de pie y deprisa mientras hago otras cosas.
– No tengo un menú establecido.
Cuando se hace una dieta, sobre todo si es protéica que está muy descompensada, hay que tomar vitaminas. Al menos un comprimido multivitamínico por las mañanas. Yo soy muy tendente a la anemia, me viene de familia. Mi madre siempre decía que era «de sangre pobre» y varias veces no me han dejado donar sangre por estar justita de hierro.
El año pasado el médico me detectó 40 de hierro en una analítica (los valores normales creo que están entre 60 y 160), me preguntó si no me sentía mareada y cansada. «Pues sí -le dije- pero sola con dos niños y dos trabajos, pensé que era lo normal» Me mandó dos pastillas de hierro diarias hasta que me recuperé.
Yo tengo un indicador clarísimo para saber si tengo anemia. Cuando aparco mi coche en el garaje y, al subir la rampa para salir andando, se me hace como el Everest… ya puedo ir comprando hierro!
El problema para tomar el hierro es que no está aconsejado tomarlo con alimentos ricos en calcio, ya que este dificulta la absorción del hierro por el organismo. Y hay muy pocas comidas en las que yo no tome ni huevos, ni lácteos. Así que he optado por tomarme el hierro a las 6 de la mañana, antes de salir a andar, y entre la caminata y la ducha, tardo como una hora y media a tomar el desayuno y las vitaminas. ¡Solucionado!
Me propongo mejorar el primer aspecto de la lista de «mejorables».
Voy a intentar incorporar el nuevo hábito de beber los 2 litros diarios. En realidad, es retomarlo. Yo antes los tomaba bien, pero ahora me da pereza. Hasta después de comer no puedo beber apenas, porque soy comercial y estoy toda la mañana visitando tiendas. Y por las tardes me apetecen más refrescos Zero que el agua (ayyy, ese dulce!!)
La solución puede ser agua aromatizada. Una opción serían las Font Vella de sabores,  Sensación o Levité, que están entre 1 euro y 1’30 en envases de 1’25 litros.
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Pero yo voy a empezar a diluir en agua los tés fríos Hornimans Fresh, cuestan unos 2 euros el paquete de 15 bolsitas que a mí me da para 3 veces (6 litros de agua), así que sale más barato. Hay de frutos rojos, té verde con limón, o piña con coco.
A mí el de piña con coco me sabe amargo, y mira que me encantan esos dos sabores, así que me he decidido por los otros dos. Pero sobre gustos no hay nada escrito.
Cojo una botella de agua fría de 2 litros y separo medio litro aproximadamente en otro recipiente, le echo 5 bolsitas y lo dejo reposar 5 minutos. Le retiro las bolsitas y añado endulzante líquido. Para mí, la medida ideal es tantas cucharaditas de café de edulcorante como bolsitas de té. Es decir, yo uso 2 litros de agua, 5 bolsitas y 5 cucharaditas de edulcorante. Esto es muy personal y hay que ir probando hasta cogerle el punto. Ya sólo queda echar el concentrado de té en la botella y agitar.
A mí me resulta mucho más fácil beberme esto que el agua sin más.
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