Clase online GRATUITA de acceso INMEDIATO

8 PASOS PARA COMER SIN ANSIEDAD

image
Hay algo que todavía no os he contado. La última vez que fui a mi psicóloga, me dijo que ya no necesitaba volver.
Cada vez que he ido, hacíamos repaso a todas las áreas de mi vida: trabajo, pareja, hijos, salud, emociones, alimentación…
La penúltima vez ya fue todo bastante positivo y ella tuvo poco que aportarme. En la última visita, fue evidente para las dos que este ciclo se había cerrado, que el trabajo que fui a hacer a su consulta había concluido.
Le dije «Me siento tan bien, tan centrada, tan serena, tan dueña de mi vida… que no recuerdo haberme sentido así jamás en mi vida. Es una sensación de plenitud y bienestar, incluso de atraer lo positivo, indescriptible. Y sigo teniendo problemas, pero la gestión que ahora hago de ellos es completamente diferente. Es una sensación increíble y me llena de orgullo la progresión que he hecho en tan poco tiempo»
En la última frase se me entrecortó la voz y se me anegaron los ojos. Victoria me tendió un pañuelo de papel, al tiempo que sacaba otro para ella y me dijo «Vas a hacer que me emocione yo también!! » al tiempo que empezaron a brillarle los ojos.
Supongo que en este tiempo me ha cogido cariño. Siempre me dijo que le parecía una persona con un potencial increíble y que iba a lograr sobreponerme. Yo tampoco dudé nunca de mi capacidad. Lo que no creía era que fuese a lograrlo en tan poco tiempo, ni que iba a conseguir llegar a semejante estado. Sencillamente, no podía ni imaginar vivir como lo hago ahora, porque jamás antes lo había hecho.
Sólo puedo dar gracias por el cúmulo de circunstancias que me han llevado a aprender a VIVIR  con mayúsculas.