Clase online GRATUITA de acceso INMEDIATO

8 PASOS PARA COMER SIN ANSIEDAD

Pues sí, como lo leéis. No sólo no he bajado de peso, sino que he subido cien gramos. Pero vaya, que no me pienso cortar las venas. El total bajado en 4 semanas es de 3’8 kilos, que salen casi a 1 kilo por semana. Teniendo en cuenta que como dulces y absolutamente de todo, estoy más feliz que una perdiz.
En cuanto a la compulsión por la comida, es cierto que he picado algún día, pero nada que ver con lo de antes. Y, por supuesto, atracones cero. Vamos, que me hago la ola.
Pero, sobre todo, lo que me da un subidón de morirme, es cómo me siento. Mi vida sigue igual, vivo la misma situación y sufro los mismos problemas. Pero mi interior está diferente. Me siento serena, en calma, sosegada… y ese estado me hace enfrentar mi vida y mis problemas de forma totalmente diferente. Es como si, ante una dificultad, fuese capaz de verla desde fuera y manejo con templanza y sin despeinarme situaciones en las que antes perdía los estribos y parecía la niña de El Exorcista.
El sábado me hice unas fotos que me encantaron. Ya no porque me vea guapa (que me veo, jajaja, soy fotogénica y suelo salir bien) es que me veo RADIANTE. Pensaréis que estoy para que me encierren, pero en esas fotos se ve mi esencia, la persona que de verdad soy y que hace mucho, mucho tiempo que no la veía. Os la pego junto a la cifra de mi báscula de hoy.

Uploaded with ImageShack.com
¿Qué me produce este estado? Pues no lo sé a ciencia cierta. No sé si es la abstinencia (dejar de comer de forma compulsiva), el que he aprendido a procurarme un entorno agradable y reducido en estrés, el haberme adelantado a mí misma muchas posiciones en la lista de prioridades en mi vida… No lo sé, lo importante es que ahí estoy y ahí quiero seguir viéndome. Y voy a seguir trabajandopara que «mi esencia» no vuelva a quedar empañada.