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Hace pocos días conocí a un hombre. Hoy, con su mejor intención, me ha mandado por Whatsapp un vídeo del gato ese repelente con voz de pito gritando ¡Qué calooooorrrr!
Le he dicho «Perdona, pero no puedo con estos vídeos. Es más, lo he abierto porque me lo has mandado tú, pero lo habitual es que los borre sin abrirlos siquiera». El pobre se ha quedado chafado.
Seguido, le he mandado esta imagen, diciendo «Y cartelitos moñas como estos suponen bloqueo directo». Luego, he puesto un emoticono guiñando un ojo y sacando la lengua para que quedase más asertivo, que tampoco se trata de cargarse al prójimo por mandar un vídeo.
Me responde «Me empiezas a dar miedo». Ya, no sabes cómo te entiendo, yo también empiezo a darme miedo. Cada vez que os digo en mis publicaciones #elmundosevaalamierda es que me siento como un puñetero marciano en esta sociedad.
Y es que parece que se ha normalizado el uso de mensajes estándar para todo. Si alguien quiere decirme que le parezco una persona especial, que me lo escriba. No quiero que me mande el mismo cartel que le manda a otras ocho mujeres. ¿Cómo me voy a sentir especial si me mandas el mismo mensaje que a todas? Si me haces sentir una más, para mí eres uno menos.
Porque sí, hay hombres que tienen creada una lista de difusión en Whatsapp para dar los buenos días a todas sus amigas. Práctico sí que es, la verdad. A mí me molesta sobremanera recibir uno de esos mensajes CCO. Tengo un conocido que lo hace y le he estado respondiendo por cortesía, a pesar de que ya le había advertido que no me gustan estas obligaciones.
Pero es que esto no se acaba nunca, porque cuando yo le respondo por no quedar mal, él vuelve a responderme, esta vez por escrito, deseándome un feliz día. Diossss, ¿la gente no tiene vida? Este, para más INRI, te lo manda por whatsapp y por messenger de Facebook. Le falta pedir un acuse de recibo, vaya.
Me contó que dos amigas suyas le habían pedido que dejase de mandarles esos mensajes y que alguna hasta llegó a bloquearlo. Él estaba sorprendido y no entendía que seamos tan raras, porque, por lo visto, hay gente que le ha dicho que con sus mensajes matinales les alegra el día entero. Geniaaaal, pues mándaselos solo a ellos, ¿no?
«Pues es que no entiendo por qué os molesta tanto». «No, si en realidad no necesito ni que lo entiendas, sólo que dejes de enviarlos«. Ya he optado por no responderle, a ver…
Otro día, en un grupo de Facebook, alguien preguntó si hoy habíamos recibido un mensaje de buenos días de esa persona especial. Yo dije que recibo varios mensajes cada mañana, pero nunca son de la persona que yo querría. Hubo gente que dijo que había que estar agradecido por tener personas que nos dan los buenos días, aunque no sean nuestra persona especial.
Pues no sé, a mí me parece una pérdida de tiempo que me pone bastante de los nervios, pero ya estoy acostumbrada a ser la rarita, hasta en un grupo de Facebook de más de mil personas. La gente que me conoce ya sabe que mis deseos son los mejores para todos, siempre. Y sólo escribo cuando tengo que contar algo. También es verdad que soy una persona extremadamente celosa del tiempo, del mío y del de los demás. Me parece uno de los mayores bienes que poseemos y que menos valoramos.
En los grupos también es habitual que muchos de los participantes cuelguen publicaciones como esta cada mañana.
A esta foto, que ha puesto Pepito, le responden dando los buenos días 25 personas, a las que, por supuesto, Pepito devuelve el saludo, una a una. Pero es que, a su vez, esas 25 personas cuelgan en el grupo respectivas imágenes de buenos días y responden uno a uno deseándole un feliz día a todo aquel que les contesta.
Y cuando veo esas cosas, os lo juro, me pregunto si soy la única persona que trabaja por las mañanas en este país. Ni qué decir tiene que la ronda de buenos deseos se repite en el momento de irse a dormir por la noche.
Yo sólo doy los buenos días a mis hermanas y a mis Espumosas, al igual que son las personas con las que más hablo por whatsapp cada día y a las que les cuento lo bueno y malo que me sucede.
No critico a las personas que dedican tanto tiempo a desear buenos días y buenas noches a la mitad de la población mundial, es sólo que me niego a entrar en ese juego. Pero de verdad me sorprende que a la gente les llene una comunicación de este tipo. A mí me resulta frío, impersonal y, sobre todo, en ningún caso me hace sentir acompañada o importante para alguien, que se supone que es lo que se pretende. Lo que me hace sentir importante o que no estoy sola, es colgar un texto como este y que me hayan llegado varios whatsapps diciendo «Estoy aquí, ¿qué necesitas?», o respuestas cariñosas o divertidas en Instagram y Facebook.
La preocupación por este tema parece que ha llegado a Meetic, donde ahora las mujeres tenemos la posibilidad de valorar a algunos hombres como Meetic Badge y que luzcan en su perfil una rosa que los distinga. Un usuario Badge es aquel que, cuando te manda un mensaje, se nota que lo ha escrito en exclusiva para ti, es educado y escribe sin comerse la mitad de las letras. Quizá te sorprenda saber que no ganan su rosa ni el 10% de los usuarios.
Me vale cambiar el papel y el sello de Correos por un email, me vale gastar más las letras del teclado que la tinta del boli, me valen los audios de Whatsapp cuando no hay tiempo de vernos en persona. Pero no, definitivamente, no me valen las emociones enlatadas y estándar. Cualquier día alguien encargará un sello de caucho a Vistaprint que diga Te quiero.
Aunque no me hagáis mucho caso, que con esto, como con muchas otras cosas, siento que la rara soy yo. Igual es que, como dice Monstruo Espagueti, llevo tanto tiempo sin pareja que tengo 1.538 manías acumuladas. Sí, igual sólo es eso…
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Uf! Que alegría me das con este artículo! Empezaba a sentirme muy rara pensando lo mismo! Eres increíble poniendo sobre papel las cosas tan claras. A mi internet me encanta y me ha solucionado mucho la vida! Las Redes Sociales me permiten acceder a un montón de gente a la que no podría llegar por mis circunstancias… pero, ¡odio los memes, los gatitos, los buenos días, las bendiciones, los eres una persona muy especial , etc… etc..! me hacen sentirme nada especial, nada importante y una mas!
Y, evidentemente, parece que nadie trabaja por la mañana!
Bueno Anabel, ya somos dos que podemos irnos en un triciclo a recorrer el mundo! Jajaja, en realidad cada vez conozco más personas en «la resistencia». Poco a poco lo conseguiremos. Y, si no, siempre nos quedará bloquear a la mitad de nuestros contactos 😉 Un besazo!
Hola guapa,
Me ha encantado tu post y es que te imagino escribiéndolo y yo sintiendome identificada, no por recibir mensajes de ese tipo sino por pensar lo mismo que has descrito.
Hay gente que se aburre, que no tiene vida o que piensa que los demás no la tenemos. Y si no la tenemos es porque no queremos. Ya vale de tener que estar siempre en contacto a todas horas, por todos los medios y porque si. ¡Viva la soledad elegida!
Tienes razón, Blanca. Lo peor es que creen que hacen una «labor social». Y sí, ¡viva la soledad cuando es elegida! Un abrazo, guapa!
No, no somos raras, solo prácticas y reales. Odio ese gato de voz horrible! Odio los memes con flores y soles sonrientes. No sé cómo pueden alegrarle a una el día. Saludos!
Jajaja, pues estamos más en «la resistencia» de lo que yo creía. La verdad es que a la gente que conozco parece no molestarle o, al menos, nunca dice nada. Un fuerte abrazo, Zenaida.
Yolanda, coincido punto por punto en todo lo que dices y no creo que seas rara ni tengas mil manías por estar sin pareja, pq yo tb opino que esas «conversaciones» no aportan nada y sólo sirven para perder el tiempo, y de eso, me falta!!
Un beso!
Hola Alazne! Lo de la pareja era broma, pero oye, con la edad cada vez más rara, eso es verdad!! 😉 Te mando un beso grande, guapa.
Me has hecho reir, ¡y no tenía ganas, eh!. Gracias por eso. Me identifico totalmente con lo que dices. Te mando un gran abrazo.
Pues no hay mejor pago para mi artículo que tu sonrisa, Alina. Un fuerte abrazo.