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8 PASOS PARA COMER SIN ANSIEDAD
Tengo contratado con la misma compañía el seguro de decesos desde siempre. Un agente me llama por teléfono cada dos meses para que contrate, además, el seguro de hogar. Lo que van a conseguir al final es perder el de decesos.
Hoy me llama alguien de la misma empresa para ofrecerme un seguro. Normalmente, los interrumpo con toda la amabilidad que puedo y les digo que no me interesa contratar más seguros, pero el nombre del producto ha llamado poderosamente mi atención: Le llamo para ofrecerle un «Seguro para la mujer». Tooomaaaaa, y eso ¿qué será? A ver si es un seguro en el que si tu amante te deja insatisfecha te proporcionan un gigoló sin coste, o si se te rompe una uña te pagan una manicura, o si sales de la peluquería y llueve te reembolsan el dinero, como cuando lavas el coche. ¡Qué sé yo, no se me ocurría otra cosa!
Pero no. Resulta que, si tienes un accidente y estás inhabilitada, te mandan una mujer a casa para que te haga la limpieza, te lleve los niños al colegio y si tienes perrito, lo saque a pasear (textual, os doy mi palabra. Lo del perrito me ha dejado muerta).
En este momento la he interrumpido, no sabía si reír o llorar. Le pregunto: «Y mi trabajo como profesional independiente, ¿también lo realiza» y me dice «No, claro, para eso se supone que pagas una seguridad social. Esto es para las tareas de casa.» «Ya, -le digo- si el concepto del producto que me ofreces lo veo claro, lo que me parece vergonzoso es que lo vendáis como Seguro para la mujer. Es que no doy crédito a lo que estoy oyendo». Ella me argumenta «Ya, pero normalmente somos las mujeres las que asumimos ese tipo de obligaciones». A lo que respondo «Ya te digo. Y seguiremos asumiéndolo mientras sigáis reforzando la idea con productos como este. Lo siento pero no sólo no me interesa, sino que me parece indignante. Y esto no va contigo como agente, que sé que sólo haces tu trabajo, pero los valores de tu empresa me han quedado ya muy claros.»
Definitivamente, han perdido mi póliza de decesos.
Los hombres que viven solos tendrán que arreglarse como puedan, parece.
Pero, ahora en serio, tu respuesta a la empleada ha sido la correcta.
La desesperación por vender lleva a las empresas a inventar cualquier cosa, sin mirar más allá de lo que puedan recaudar.
Un gran abrazo.
Claro Alina, yo fui teleoperadora por unos meses y no se puede cargar contra ellos cuando el problema lo crea la empresa. Un fuerte abrazo!! 🙂