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8 PASOS PARA COMER SIN ANSIEDAD
Oí hablar de la copa menstrual por primera vez hará unos diez años, en uno de los foros de crianza natural en los que participaba y donde algunas chicas ya empezaban a usarla, e incluso, a venderla.
Pero yo he sido siempre una chica Tampax y así pensaba seguir. Los tampones siempre me parecieron una opción cómoda y práctica, que resolvía el problema de la menstruación sin muchas complicaciones, salvando el riesgo del Síndrome del Shock Tóxico (SST) y el blanqueamiento químico al que los someten y que luego está en contacto con nuestro interior. Es más, era de Tampax de los de toda la vida. Nada de Pearl, ni Compak de esos que más parecen supositorios que otra cosa. Y estaba bastante cabreada porque nos habían quitado el hilito del abrefácil que traía el papelito en el que va envuelto cada uno.
Hace un tiempo empecé a notar que usarlos me hacía sentir reseca e incómoda. Luego leí que, acercándonos a los cincuenta, y a mí me quedan dos años, perdemos lubricación vaginal. Si es que a mejor no vamos, eso ya lo sabemos.
El plan B, las compresas, no me molaba nothing de nothing. Y ahí andaba, sin saber muy bien qué hacer, hasta que este mes dediqué unas cuantas horas a leer opiniones a favor (el 95%) y en contra (5%), y todo lo que había que saber para elegir la talla. Sí, hay tallas, formas, materiales y colores, además de decenas de marcas comerciales.
Esta es la que yo compré. Tenéis copas menstruales en muchas webs, incluso en Carrefour, pero yo preferí ir a una farmacia a que me asesorasen. Me costó 26 euros, es de silicona médica y lleva una bolsita para guardarla.
Me atendió el farmacéutico y me explicó todo fenomenal. Yo le dije que no había parido y que usaba los Tampax tamaño regular. Me dio la talla S, que yo pensé que sería pequeña, pero me va perfecta. En alguna web he leído que también se tiene en cuenta la complexión, la edad y la cantidad de flujo.
Se pueden esterilizar en agua hirviendo durante 5 minutos (nunca con detergentes) o con el método Milton. Él mismo me dijo que no gastase dinero en el Milton, que con hervir con agua era más que suficiente. Y así lo hice.
Las copas deben enrollarse e introducirse con dos dedos hasta el fondo de la vagina. Al soltarla y retirar los dedos, se expande hacia las paredes impidiendo las pérdidas y recogiendo todo el flujo en la copa. Para retirarla hay que tirar del palito y pellizcar un poco en la copa para que rompa el vacío, a no ser que te quieras dar la vuelta como un calcetín. Vacías el contenido, la aclaras con agua corriente y la vuelves a colocar. El palito no asoma por fuera, pero queda a una distancia accesible fácilmente para cogerlo y tirar de él. Hay mujeres que prefieren cortarlo.
Lo único que puede resultar incómodo es cambiarte fuera de casa en un baño donde el lavabo no esté accesible desde el WC. En ese caso puedes usar pañuelos de papel o toallitas para limpiarla. Lo cierto es que aguanta muchas más horas que un tampón o compresa, por lo que, si tienes picardía de vaciarla justo antes de salir de casa, es muy probable que no tengas que volver a vaciarla hasta que regreses. Al igual que si te la cambias justo antes de acostarte, la puedes usar para dormir porque aguanta toda la noche. Esta es, para mí, una de sus mayores ventajas.
Hubo dos días en los que noté que la llevaba puesta, me molestaba y tuve un poco de pérdida. Evidentemente, la había colocado mal. Sólo hay que retirarla y volver a ponerla. No es como los tampones, que como tengas que retirar uno recién puesto molesta mucho.
Según los modelos y fabricantes, terminan en palito o anilla, para facilitar su retirada. Esto me hizo dudar, pero la de palito se coge con facilidad.
Alguna marca ofrece tres tipos de rigidez en el material de la copa. Así mismo, puedes encontrarla en silicona quirúrgica, que es el material que usan la mayoría de marcas, en plástico quirúrgico (TPE) como el de las tetinas de biberones, o en látex.
También las hay de colores y esto me parece interesante porque las de color translúcido amarillean desde el primer uso y no vuelven a quedar como nuevas ni hirviéndolas.
La inversión se realiza una sola vez y la copa dura muchos años, por lo que resulta más económico y ecológico que el uso de compresas o tampones.
En resumen, estoy muy contenta con mi compra y la aconsejo totalmente.
Hola Yolanda!!
Yo la estoy utilizando hace casi un año y la verdad que estoy súper contenta y me siento mucho más tranquila,pues soy de mucha abundancia y me tenía que cambiar cada media hora y con la copa estoy tranquila por más de 5 horas ?Yo la cogi talla L pues como tuve dos embarazos y soy de mucha abundancia,me va genial. Que bueno que te sientas cómoda con la copa,al principio es un poco incómodo cogerle la vuelta,pero ya después de varios días uno se acostumbra .Besos guapísima ???
La verdad es que me ha sorprendido, Katerine, tenía muchas dudas y estoy muy contenta, la verdad. Besitos guapa.
Como que no has parido si tienes dos hijos????
jajaja pues sólo tienes que pensar un poco, Alicia. La cesárea no cuenta como parto, por ejemplo. 😉
Exacto, la cesárea es una operación, por eso tenemos el suelo pélvico fuerte y no débil, como hay algunos tipos de copas para elegir según el tipo de parto y el tipo de suelo pélvico, que van unidos. Ha sido mi primer mes, y me ha ido de lujo, por fin me he lanzado a comprarla.
Qué bien Ana, gracias por tu opinión! Un abrazo, guapa.
Ayyy! Pues mira que yo no me animo… Una amiga mía tuvo una muy mala experiencia con la copa menstrual y me da miedito. Pero luego leo todas las maravillas que hay por la blogosfera y claro, que no me decido oye.
¿Tu crees que funcionará bien si no se tiene un flujo muy abundante?
Claro, no tiene por qué ir mal. El procedimiento es el mismo 🙂
Me voy a meter en medio de la conversación, disculpad.
Para que te hagas una idea, yo no llenaba un tampax normal o una compresa normal sin alas en las 8h, me cambiaba por higiene y claro, al no llenarlo me dejaba una sensación de sequedad muy desagradable.
Ahora llevo unos dos años y medio usando la copa, normalmente la vacío por la mañana y por la noche, y se acabaron las irritaciones y los picores y todo. Yo se la recomiendo a todo el mundo porque de verdad que para mí es perfecta, en cuanto le coges el truqui a ponerla y quitarla es genial, no se nota, no huele, aguanta un montón, te quitas el gasto que suponen los tampones/compresas, no genera residuos…
Totalmente de acuerdo. Yo ya llevo bastantes ciclos con ella y estoy encantada. Un fuerte abrazo.