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8 PASOS PARA COMER SIN ANSIEDAD
Ya sé que no estoy publicando con la frecuencia a la que os tengo acostumbradas. La explicación es muy fácil: estoy viviendo.
Sé que os va a alegrar tanto que vais a perdonar todas mis ausencias.
Mi baja y mi despido me están permitiendo pasar tiempo con mis hijos, conocer gente nueva para los niños y para mí, dedicar tiempo a los amigos de siempre… Y, entre médicos, rehabilitaciones, preparar la vuelta al cole y vivir… Oye, que no me sobra tiempo!!
Esta semana no he bajado de peso. Sigo con antiinflamatorios a tope y he comido mejor, pero no bien del todo. Ha habido una parte deseada, como cuando cenabamos de bocata en una terraza con los niños y los nuevos amigos, sin remordimientos y otra, nada deseable, de coletazos de compulsión.
Estoy cada vez mejor, es como si encajarse piezas de un puzzle, una tras otra. Los niños están mejor y el otro día me encantó llorar… de risa!! Ni recuerdo los meses que hacía que no me pasaba.
Los flecos de compulsión… Bueno, complicado cuando tienes un ex con la capacidad cerebral y emocional de una ameba y ves que tus hijos pagan el precio. En un vídeo os explicaba que ver sufrir a mis hijos y sentir que no los quieren, es de las cosas que más me desestabiliza.
No deja de ser una excusa, lo sé. Él no va a cambiar. Soy yo quien debe hacer el proceso para que deje de afectarme, pero qué difícil es, mis niñas.
Hoy he ido a depilarme y he vuelto a casa andando sin la zapatilla ortopédica (30 minutos), después de que esta mañana me riñese el fisio por seguir llevándola «Te vas a desequilibrar y ya veras luego» y eso ya lo iba notando yo, que tengo ahora mejor equilibrio con la.plataforma de.la zapatilla que sin ella. Espero que ahora no me riña el traumatólogo por habérmela quitado.
Ahora necesito la rutina de los niños en el cole para poner orden en mi día a día y empezar a planificar esta nueva etapa de mi vida.
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