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8 PASOS PARA COMER SIN ANSIEDAD

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Llevaba días queriendo pasar por la peluquería a cortarme las puntas, que las llevaba fatal. Ayer salí a las 9 de la noche de dejar mi móvil a reparar y diez minutos más tarde pasaba por una peluquería de chinos (prefiero dejar beneficio al local, pero con estos horarios que me gasto…) que cerraba a las nueve y media. Pregunto si les da tiempo a atenderme y me dicen que sí (toma, son chinos, qué pregunta más tonta).
Lo primero que me llama la atención es que, excepto uno, son todo peluqueros oxigenados. Y mira que se hace raro ver a un chino teñido de rubio!
Había rubios con estilo despeinado con puntas disparadas, pero el que me atiende lleva, para mi sorpresa, un peinado que parece que ha dormido con rulos gordos y redecilla. Vamos, lo que las octogenarias de mi edificio llevan pidiendo toda la vida en la peluquería como «lavar y marcar». Pues no sé, será moda en China…
Se acerca a ayudarle con el secador el moreno que, además, es gay, y fuerza un acento maño añadiendo el sufijo -ico a toda palabra que lo soporte. Están en el Coso y vale la pena pagarle un café por oirlo hablar.
Me dijo «Tienes el pelo muy finico. Y muy poco. Con tan poco pelo no va bien melena porque, cuando lo recoges, queda ‘coleta cuatro pelos’ »
Jajajaja será capullo el chino!! Lo peor es que no le falta razón, pero me niego a cortarme mi melena pantojil. Ea!