Clase online GRATUITA de acceso INMEDIATO

8 PASOS PARA COMER SIN ANSIEDAD

image
Reflejarte en un escaparate y verte normal.
Quizás muchos de los que me leéis no entendáis esto. Sobre todo los que no sois del entorno «dieta».
Los comedores compulsivos en general no buscamos estar delgadísimos. O, si empezamos buscándolo, solemos terminar desistiendo. Dentro de nuestro proceso de curación , que no es sino una evolución personal, llega un momento en que sólo aspiramos a algo que parece que a los demás se les ha otorgado ‘per se’ y a nosotros nos ha sido negado: ser normales.
Normales en cuanto al aspecto y normales ante la comida. Ser como todos, o como creemos desde fuera que lo son. Poder ocupar tu mente y energía en otros asuntos que no sea evitar la comida, ya sea por picoteo continuo o por atracón.
Separando estos dos aspectos de normalidad y respondiendo a vuestras preguntas de cómo me encuentro, veo mi cuerpo normal. Y eso me gusta. Me vería mejor algo más delgada, pero he de rendirme ante la evidencia de que me cuesta mucho mantenerme en un peso inferior. Y, en cuanto a mi relación con la comida, sigo sin ser normal, sigo evitando las tentaciones con mucho esfuerzo, no porque no sienta compulsión . Aunque es cierto que algo disminuye.
Los dos kilos que subí cuando pasé a mantenimiento aún no los he bajado. Emocionalmente tampoco me siento lo suficientemente centrada en este momento como para ir a saco a por ellos. Me conformo con verme normal. Ni gorda, ni flaca. Sólo normal.